Llega una de las fechas señaladas en el calendario de todo aficionado. En Inglaterra sonríen, sabedores de que el mundo entero está pendiente de ellos, que monopolizan los elogios de los románticos del balón. En Inglaterra sonríen, sonríe el jugador humilde que milita en un equipo de Football Conference soñando con pisar un estadio de la Premier League, desvelándose ante el mundo entero. Es lo que tiene hacer las cosas bien.
La Football Association League Cup para los más puristas, FA Cup para acortar y 'la competición más bonita del mundo' para ser fieles a la realidad, es el torneo más antiguo de la historia, deleitando a las masas desde 1871. Es la definición de competición por antonomasia, con eliminatorias a partido único, con sus vibrantes replays en caso de empate y con la participación de todos, desde los conjuntos de primera fila hasta los equipos amateur de Conference North y Conference South. En este rango plural de divisiones, encuentran cabida equipos ingleses, galeses y de Guernsey, dependencia de la Corona Británica situada en el Canal de la Mancha y lugar de nacimiento de Matt Le Tissier. Incluso llegó a participar el Queens Park F.C., equipo que actualmente milita en la League Two escocesa y que fue subcampeón en dos ocasiones, la última en 1956.
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Imagen de la prestigiosa revista Four Four Two tras la gesta del Hereford en 1972. |
Hablar de la FA Cup es hablar de la masa social anglosajona, del apoyo a una ciudad, a un escudo y a unos colores. Tras disputarse las primeras dos rondas entre los equipos de la Football Conference, League One y League Two, entran a escena los integrantes de la Premier League y la Championship, las parejas de baile que todos quieren. No hay cocos, solo hay premios. Cuanto mayor es el rival, mayor es la ilusión con la que se vive la cita, como pasó en Hereford en 1972 con la visita del todopoderoso Newcastle de Malcolm Macdonald. Pero la emoción, las vivencias a flor de piel no se quedan solo en las rondas previas. También tienen un hueco reservado en las finales. Justo un año después, el Sunderland -entonces en Second Division- se imponía al Leeds United de Don Revie en el partido que elevó a mito la figura de Jimmy Montgomery.
El último campeón, el Wigan Athletic, comienza la defensa del título ante el Milton Keynes Dons, equipo de League One. Todos sueñan con hacer historia, con desatar la locura de Hereford, con ser la mano salvadora de Montgomery o la cabeza de Ben Watson cambiando el devenir del partido en el último suspiro. Y todos tienen ese derecho de imaginar, de aspirar a llegar lejos, de disputar la final el 17 de mayo en Wembley, porque la copa es de todos. Ilusión, compromiso, emociones, lágrimas, alegría. Gracias, fútbol.
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Ben Watson superaba a Joe Hart y hacía campeón al Wigan contra todo pronóstico. |
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