David Moyes volvió a mirar la convocatoria. Repasó todos los nombres, de arriba a abajo. Pero sobre todo, una vez más, repasó las ausencias. "Wayne...and Robin" debió de pensar. No es fácil afrontar una semifinal de copa sin tus dos mejores futbolistas. Aún es más difícil si estas ausencias se hacen comunes a lo largo de la temporada y ves tu columna vertebral mermada. Posiblemente las lesiones que han mantenido alejados de los terrenos de juego a Wayne Rooney y Robin Van Persie han influido en que Moyes haga equilibrios en la cuerda floja.
"Sé que vendrán tiempos difíciles, y en esos momentos debéis de apoyar al nuevo entrenador como hicisteis conmigo" pronosticó -sin errar- Sir Alex. Cierto es que los comienzos de Fergie en el banquillo de los red devils no fueron brillantes, pero eran otros tiempos a nivel institucional, posiblemente mejores. Tiempos donde unos inversores extranjeros, los Glazer, no dirigían el devenir del club. Imagino a Avram Glazer sentado en su despacho, puro en mano, ojeando los resultados de los red devils y de los Tampa Bay Buccaneers, equipo de la NFL que también forma parte de su monopolio y que cambió de entrenador esta misma semana. Los yankees no entienden de tradiciones y puede ser que David Moyes esté más fuera de lo que muchos podemos pensar. Ojalá no sea así y tenga tiempo de demostrar las aptitudes que plasmó en Goodison Park. De momento no ha ganado ningún partido en 2014, el domingo fue eliminado de la FA Cup y el martes perdió 2-1 ante el Sunderland -colista de la Premier- en las semis de la Capital One Cup. No es buena semana para irse de copas con el escocés.
"Sé que vendrán tiempos difíciles, y en esos momentos debéis de apoyar al nuevo entrenador como hicisteis conmigo" pronosticó -sin errar- Sir Alex. Cierto es que los comienzos de Fergie en el banquillo de los red devils no fueron brillantes, pero eran otros tiempos a nivel institucional, posiblemente mejores. Tiempos donde unos inversores extranjeros, los Glazer, no dirigían el devenir del club. Imagino a Avram Glazer sentado en su despacho, puro en mano, ojeando los resultados de los red devils y de los Tampa Bay Buccaneers, equipo de la NFL que también forma parte de su monopolio y que cambió de entrenador esta misma semana. Los yankees no entienden de tradiciones y puede ser que David Moyes esté más fuera de lo que muchos podemos pensar. Ojalá no sea así y tenga tiempo de demostrar las aptitudes que plasmó en Goodison Park. De momento no ha ganado ningún partido en 2014, el domingo fue eliminado de la FA Cup y el martes perdió 2-1 ante el Sunderland -colista de la Premier- en las semis de la Capital One Cup. No es buena semana para irse de copas con el escocés.
En la otra orilla, alejado de toda crítica y objeción se encuentra Manuel Pellegrini. El City, el otro equipo de la ciudad de Manchester, abandona su habitual ostracismo y puede presumir de una situación mucho más positiva que la de sus vecinos. En verano ficharon rápido y bien -léase Fernandinho, Navas o Negredo- y esta gestión acertada está dando sus frutos: una sola derrota en el Etihad Stadium en toda la temporada (ante el Bayern de Pep Guardiola), a un punto del líder de la Premier (Arsenal) y virtualmente en la final de la Capital One Cup tras vencer 6-0 al West Ham United. El fin de semana se atisbó tormenta en Blackburn, donde los citiziens miraron a los ojos de la debacle en la FA Cup. Si bien el replay ante el Rovers dejaba un sabor amargo por suponer una carga mayor de partidos, la goleada ante el malogrado equipo de Allardyce endulzó de nuevo el gusto del aficionado. Negredo marcó tres y ya ronda la veintena de goles esta temporada. Mejor disfrutar de un Cabernet Sauvignon con Pellegrini.
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